Científicos australianos realizaron un estudio cuyo objetivo principal era identificar los efectos del sueño diurno de los niños sobre su comportamiento, habilidades cognitivas, condición física y la calidad del sueño nocturno. Se analizaron los cuestionarios de niños menores de cinco años, que siempre dormían durante el día.
El resumen del estudio fue el siguiente: el sueño diurno influyó fuertemente en la calidad del sueño del niño en general. Por lo tanto, en niños mayores de dos años, el descanso de la tarde no solo alargó el procedimiento del sueño nocturno, sino que también redujo la duración de una noche de sueño. Con respecto al efecto del sueño diurno sobre el comportamiento y las capacidades cognitivas de los niños, los especialistas no recibieron una sola respuesta, ya que las diferentes edades de los niños examinados y la peculiaridad individual de su descanso diario impidieron la adopción de una opinión unificada y objetiva.
Al mismo tiempo, los científicos estadounidenses han descubierto que el descanso de la tarde mejora significativamente la función cerebral de los niños, ayudando a los niños de 3 a 5 años a recordar mejor la información. El hecho es que durante el sueño, la actividad de las áreas del cerebro responsables del aprendizaje aumenta significativamente.
