Los científicos estadounidenses en el curso de la investigación descubrieron que los alimentos ricos en calorías y los estilos de vida inactivos pueden causar graves daños a los riñones.
Al experimento asistieron más de 80 mil mujeres de mediana edad, y se prestó especial atención a su estilo de vida y dieta.
Los datos obtenidos se analizaron para varios parámetros significativos, incluido el índice de masa corporal. Se descubrió que un estilo de vida activo reduce el riesgo de cálculos renales en un treinta por ciento.
Según el responsable del experimento, incluso unas pocas horas de caminatas o jardinería serán suficientes para prevenir la enfermedad renal.
Los autores del estudio también encontraron que el consumo de más de 2.2 mil calorías por día en casi un cuarenta por ciento aumenta la probabilidad de cálculos renales. La obesidad y el sobrepeso también son factores peligrosos.
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